Juegos Teatrales
Introducción
Actualmente en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, existe un proyecto gubernamental con el nombre de Teatro Vocacional; en éste se han abierto más de cuarenta y cinco grupos amateurs de teatro en distintas zonas urbanas, y se trabaja con la metodología denominada juegos teatrales. A cuatro años de su fundación, se ha visto que los alumnos han adquirido un poder creativo y una criticidad de su propia realidad, al ser analizada desde un punto de vista teatral como pretexto para las mismas escenificaciones.
Los juegos teatrales son una metodología creada por Viola Spolin, basada en las innovaciones de Stanislavski sobre los quehaceres teatrales, y en el aspecto del teatro social de Bertold Brecht, en la que los alumnos absorben la dimensión transformadora de un mirar crítico sobre el mundo y las relaciones establecidas, a través de la formulación y creación de formatos de ficción.
Al conocer el proyecto de “Teatro Vocacional” en Brasil, sentí la necesidad de un aproximación del mismo para la población mexicana. México necesita una metodología de enseñanza teatral que se adapte a distintos estratos sociales, para su proceso crítico y desarrollo, Un espacio en el que la creación y la posibilidad sea lo principal, abriendo un paradigma al que no están acostumbrados, mediante la realización teatral y los juegos como herramienta fundamental.
Me acerqué al Departamento de Letras con dicha idea, para concretarla y mediante el servicio social, llevarla a cabo.
Uniendo mis conocimientos en el tema, con las facultades del Departamento y gracias al apoyo de Luis Inclán, el proyecto comenzó a andar.
Objetivos del proyecto
Posibilitar que los miembros de comunidades rurales se conviertan en agentes de su propia realidad, a través del ejercicio de ficcionalización.
Introducir elementos de extrañamiento en las reglas de juegos de construcción escénica con el fin de crear dificultades para la formación estética y así, potencializar su conciencia.
Posibilitar, a través de reglas claras en la conducción de los juegos de construcción escénica, la configuración de imágenes.
Trabajar con estructuras pequeñas, para propiciar la experiencia sistemática de creación de estructuras ficticias, y así lograr su comunicación, desde el primer contacto con el lenguaje teatral.
Crear conciencia sobre la individualidad y el valor que cada persona tiene, la importancia del trabajo grupal y del ser parte de una comunidad.
Redescubrir la significación del juego como puente para la creación.
Impacto en la población atendida
El servicio social de juegos teatrales se realizó en distintas comunidades dentro del municipio de Cuitláhuac, Veracruz. Estas comunidades tienen un nivel socioeconómico bajo, rurales y con un nivel de educación por demás triste.
El porcentaje de ciudadanos que terminan la primaria es mínima, secundaria y preparatoria aún más, sin hablar de los casi inexistentes universitarios.
La economía de la región depende del cultivo del limón y de la caña de azúcar. Por desgracia, las transacciones mercantiles de sus cultivos llegan a cifras ridículas de 8 pesos por cada veinte kilos de limón, y veinte pesos por la tonelada de caña.
Algunos de estos pueblos están casi incomunicados con los demás y sus rutas son de muy difícil acceso. Aún así, sus habitantes tienen una sed por el conocimiento, por el saber, por la estimulación de cualquier tipo.
A través de los talleres realizados dentro de las comunidades vi cómo las personas se transformaban. Obviamente la primera comunidad fue en la que más dificultades tuvimos, pero posteriormente se corría la voz y nos pedían que fuéramos a lugares que estaban fuera del itinerario de trabajo.
La mayoría de los hombres de estas comunidades parten hacia los Estados Unidos, siendo ésta la única posibilidad de desarrollo económico, a pesar de las dificultades y peligros que afrontan. En una comunidad, dos hombres entablaron una conversación ficticia en la que narraban sus experiencias en el extranjero, proyectando sus miedos y añoranzas vivenciadas; todo a través del juego.
En otra comunidad durante un juego en el que debían crear objetos, la mayoría creo objetos musicales, aunque nunca antes habían tenido una relación directa con ellos.
Al finalizar el taller y agradecerles a todos su participación, ellos mismos crearon un juego en el que los pobladores eran una cadena, y que como tal, cada eslabón debía detener a los demás, ayudarle a los demás; de esta forma conformaron su sentido de comunidad, de pertenencia a un grupo.
Los pobladores mencionaron una y otra vez que querían continuar jugando, creando, encontrando ese otro espacio dentro de su cotidianidad que no sabían existía. Y que ellos, tras nuestra marcha, continuarían jugando y compartiendo con las enseñanzas que les habíamos transmitido.
Desarrollo
Seleccioné a cuatro estudiantes de distintas carreras (Psicología, Relaciones Internacionales e Ingeniería Industrial) los cuales me parecían los más adecuados para un proyecto experimental.
Las primeras dos semanas del servicio se utilizaron para capacitación, dentro de la UIA. En este tiempo, trabajamos ocho horas diarias para enseñarles la dinámica de los juegos teatrales, y cómo trasmitir dicho conocimiento.
Dentro de la capacitación surgieron muchos problemas, ya que un taller de este tipo generalmente se da con sesiones semanales, para que exista tiempo de análisis y asimilación de lo visto en las mismas. Así que fue un periodo sumamente intenso en el que tuve que resolver problemas que no se habían presentado en otros talleres que había impartido anteriormente con el grupo de juegos teatrales Gosjues de Tacabú. (Durante el semestre de primavera 2005 conformé un grupo con estudiantes de distintas carreras; con reuniones semanales abrí su espectro del juego y del teatro a través de ésta metodología, llegando a la creación de los propios juegos, y a participar dentro de una feria por los derechos de los animales).
Desde el taller de capacitación, tuve que analizar paso a paso las problemáticas que surgían: los bloqueos de los alumnos, la falta de confianza y el conformar un grupo como tal que trabajaría durante los siguientes dos meses. Esto se concretó a partir de juegos distintos con adaptaciones que sugirieran el problema, de platicas individuales en las que los alumnos demostraron sus miedos y que posteriormente se sopesaban para encontrar las soluciones.
Realizamos expediciones de reconocimiento por las comunidades, para adecuar nuestros planes de trabajo. En cada comunidad se daría un taller de cuatro días, trabajando cuatro horas diarias.
Generalmente los talleres teatrales tienen un espacio y tiempo determinados para llegar a una escenificación. Sin embargo, para lograr nuestro objetivo de abarcar el máximo número de comunidades, así como de personas, era necesario adaptar la metodología.
El primer problema era la selección de los juegos, ¿cuáles se enseñarían y con qué propósito? El segundo fue ¿cómo enseñar juegos teatrales sin el propósito de la escenificación? El tercer problema fue ¿cómo acercarse a las comunidades con dichos juegos?
Los juegos escogidos para las sesiones se dividieron en cuestiones individuales y sociales; el reconocimiento del cuerpo de uno mismo, del cuerpo del otro, abarcando los cinco sentidos, el trabajo grupal, el sentido de comunidad, la imaginación, la creatividad, etc.
Para personas que no están acostumbradas a este tipo de actividades, es sumamente difícil tener un acercamiento y un espacio de confianza y de viabilidad dentro del que circule la enseñanza.
Trabajo en las comunidades
Impartimos ocho talleres en siete comunidades dentro del municipio de Cuitlahuac, a aproximadamente 250 personas en total, incluyendo niños y personas de la tercera edad.
El acercamiento al juego fue un momento difícil ya que la mayoría de los talleristas eran adultos, por lo que al comienzo de cada taller se hacía una reflexión sobre lo que son los juegos, para qué sirven, por qué los niños juegan y cuál es la importancia de volver a ellos.
Dentro de los juegos teatrales, la parte fundamental es la evaluación posterior a todos los juegos, el análisis de lo sucedido. Aquí surgió una verdadera dificultad ya que las personas no estaban acostumbradas a responder preguntas sobre sí mismas, sobre lo vivenciado dentro de un espacio alterno al de la rutina diaria.
Adaptamos las preguntas para que se volvieran más concretas y de esta manera las personas, poco a poco, se abrieran a compartir sus vivencias.
Por ejemplo, en vez de preguntarles ¿qué sintieron? Se le preguntaba a una persona específica ¿cómo se sintió tu espalda al jugar tal juego?
En cada sesión se pedía que un cierto número de personas trajera al día siguiente un protocolo, el cual refleja la elaboración de los acontecimientos de cada día de trabajo y problematiza cuestiones especificas de la creación estética. Todo protocolo debe tener una perspectiva que apunte hacia la continuidad y transformación del proceso. El término protocolo fue creado por el dramaturgo Bertold Brecht debido a sus piezas didácticas.
Al término de las sesiónes, coordinaba un análisis con los estudiantes de la UIA sobre los resultados y las problemáticas que surgieron dentro de la misma.
Obviamente la responsabilidad de un proyecto de mi propia creación fue un peso sumamente arduo con el que cargar, pero trabajando en equipo, apoyándome en mis conocimientos y en mis compañeros, cada uno de los talleres terminaba con agradecimientos y con lágrimas.
Reflexión personal y conclusiones
Ver cómo un sueño y un proyecto que se ha planeado durante más de un año se vuelve realidad no tiene palabras para describirse, aunado a que fue un éxito.
Transmitir un conocimiento, para que a su vez sea transmitido es un regalo que no se puede equiparar con nada.
En las comunidades las personas demostraron su añoro por experiencias de éste tipo, en una, una mujer dijo que ella planeaba continuar con los juegos teatrales, con reuniones semanales para recordar lo vivenciado y continuar teniendo experiencias nuevas. En otra comunidad una mujer mayor, con lágrimas en los ojos me explicó que cuando era niña sus papás no le permitían correr y saltar por miedo a que se lastimara, así que la oportunidad que le brindó el taller fue vivir algo que pensó que había perdido para siempre.
Las amistades que formé en esos dos meses, con personas tan distintas a mi me han hecho crecer y apreciar las oportunidades que tengo, al igual que compartirlas.
Dos meses después del servicio social, volví a las comunidades de Cuitlahuac para visitar, la recepción fue impresionante. Todos me saludaban en la calle, me decían que no podían creer que regresé, que no me hubiera olvidado de ellos, y por supuesto, ellos no habían olvidado sus vivencias, compartiéndolas con la gente que no estuvo a través de platicas y recreaciones.
Lo fundamental dentro de una experiencia como ésta, no es únicamente ir a enseñar, si no ir a aprender, ya que personas que podrían parecer tan ajenas a tú realidad, tienen un potencial impresionante.
Aprendí a hacer mole de rancho, a hacer tamales, jabón casero y que no importa lo poco que tengas, la hospitalidad existirá, que no importa el nivel de educación, ya que como ser humano, tienes algo que enseñar.
Éste servicio social es el comienzo de un proyecto mayor, es el primer ladrillo dentro de lo que quiero formar, talleres de juegos teatrales por toda la ciudad, y posteriormente, por todo el país, para brindar a nuestros conciudadanos la oportunidad de expresarse a través de los juegos y del teatro.